El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una condición que afecta a la capacidad de concentrarse, regular los impulsos y organizarse. Aunque suele asociarse con los niños, el TDAH también puede afectar a los adultos y causar problemas en el trabajo, las relaciones y la salud mental. Muchas personas con TDAH no saben que lo tienen, ya que pueden concentrarse en algunas cosas que les interesan o les motivan. Sin embargo, esto no significa que el TDAH no exista o que sea una excusa para no esforzarse. El TDAH es un trastorno real que requiere un diagnóstico y un tratamiento adecuados. Desafortunadamente, muchas personas con TDAH se enfrentan a la estigmatización y las etiquetas de ser perezosos, irresponsables o incapaces. Esto puede dificultar la búsqueda de ayuda y el reconocimiento de las propias fortalezas. En este artículo te presentamos cinco señales de que podrías tener TDAH y cómo puedes mejorar tu calidad de vida si lo padeces.
Señal 1: La historia de tu infancia
Una de las señales de que podrías tener TDAH es la historia de tu infancia. Las personas diagnosticadas con TDAH en la edad adulta suelen presentar síntomas desde la niñez, como dificultad para seguir instrucciones, mantenerse quieto o hacer amigos. Sin embargo, muchas veces estos síntomas no son detectados o son confundidos con otros trastornos o dificultades. Por ejemplo, algunos niños con TDAH pueden ser diagnosticados con depresión, trastorno bipolar o ansiedad, ya que comparten síntomas como cambios de humor, falta de memoria y dificultad para concentrarse. Otras veces, los niños con TDAH pueden ser etiquetados como rebeldes, distraídos o hiperactivos, sin recibir el apoyo adecuado para sus necesidades. Si te identificas con alguna de estas situaciones, puede ser útil revisar tu historia clínica y consultar con un profesional especializado en TDAH.
Señal 2: Limitada capacidad de atención
Otra señal de que podrías tener TDAH es la limitada capacidad de atención. Esto significa que te cuesta mantener el foco en una tarea o actividad durante un tiempo prolongado, especialmente si no te resulta interesante o gratificante. A diferencia de la depresión, donde la poca capacidad de atención se debe a la falta de energía o motivación, en el TDAH se debe al trastorno en sí. Esto se debe a que las personas con TDAH tienen diferencias en la estructura y el funcionamiento del cerebro, lo que afecta a su capacidad de filtrar los estímulos irrelevantes y seleccionar los relevantes. Esto hace que se distraigan fácilmente con cualquier cosa que capte su atención, como un ruido, un pensamiento o una emoción. También hace que se aburran rápidamente de lo que están haciendo y busquen algo más estimulante.
Señal 3: Dejar las cosas sin terminar
La escasa capacidad de atención en las personas con TDAH también conlleva a dejar las cosas sin terminar. Esto puede afectar tanto a las tareas cotidianas como a los proyectos personales o profesionales. Por ejemplo, puedes empezar a limpiar tu casa y dejarlo a medias porque te acuerdas de algo más importante que hacer. O puedes iniciar un curso online y abandonarlo porque pierdes el interés o te sientes abrumado por la cantidad de información. Esta dificultad para completar lo que empiezas puede generar frustración y desafío tanto para ti como para los demás. Por eso es importante buscar ayuda profesional si crees que tienes TDAH. Existen terapias disponibles, como medicamentos y psicoterapia, que pueden ayudarte a manejar esta señal y mejorar tu rendimiento y satisfacción.
Señal 4: Escaso control de los impulsos
Otra señal de que podrías tener TDAH es el escaso control de los impulsos. Esto significa que actúas sin pensar en las consecuencias o en los sentimientos de los demás. No se trata de arrebatos emocionales puntuales, sino de un patrón de comportamiento impulsivo que puede causar problemas en diferentes ámbitos de tu vida. Por ejemplo, puedes interrumpir a los demás cuando hablan, decir lo que piensas sin filtro, gastar más dinero del que tienes, comer en exceso o involucrarte en actividades de riesgo. Estos comportamientos pueden dañar tu autoestima, tu salud y tus relaciones. Por eso es importante que aprendas a controlar tus impulsos y a prever las posibles consecuencias de tus acciones. Para ello puedes recurrir a técnicas de relajación, planificación y autocontrol, así como a la ayuda de un terapeuta.
Señal 5: Incapacidad para organizarse
La última señal de que podrías tener TDAH es la incapacidad para organizarse. Esto significa que te cuesta establecer prioridades, gestionar tu tiempo y cumplir con tus compromisos. Puedes sentirte abrumado por la cantidad de cosas que tienes que hacer y no saber por dónde empezar. O puedes olvidarte de las fechas límite, los eventos o las citas importantes. Esta dificultad para organizarse puede afectar a tu productividad, tu eficiencia y tu credibilidad. Por eso es importante que busques alternativas a los métodos de organización tradicionales, que pueden no funcionar para ti. Por ejemplo, puedes usar alarmas, recordatorios, agendas o aplicaciones que te ayuden a recordar y a ordenar tus tareas. También puedes delegar o pedir ayuda cuando sea necesario.