Los pulpos son animales fascinantes que parecen tener poco en común con los seres humanos. No tienen huesos, ni pelo, ni orejas, ni nariz. Sin embargo, comparten con nosotros algunas habilidades cognitivas que nos sorprenden, como resolver acertijos, aprender de la observación y el uso de herramientas. ¿Cómo es posible que estos invertebrados marinos sean tan inteligentes? La respuesta está en su biología única, que les ha permitido desarrollar un sistema nervioso y un cerebro muy diferentes a los de cualquier otro animal.
Los pulpos y los cefalópodos
Los pulpos pertenecen al grupo de los moluscos cefalópodos, que incluye también a las sepias, los calamares y los nautilos. Hay cerca de 200 especies de pulpos, que habitan en todos los océanos del mundo, desde las aguas tropicales hasta las polares. El término “cefalópodo” significa “cabeza-pies” en griego, y hace referencia a la forma de estos animales, que tienen sus órganos sensoriales y su boca en la cabeza, y sus ocho brazos alrededor de ella. Lo que más llama la atención de los pulpos es su estructura cerebral, que tiene una proporción cerebro-cuerpo similar a la de otros animales inteligentes, como los delfines o los chimpancés. Además, su sistema nervioso es muy complejo, con una cantidad de neuronas comparable a la de los perros.
La peculiar estructura cerebral de los pulpos
A diferencia de los vertebrados, que tienen un cerebro centralizado en el cráneo, los pulpos tienen una distribución muy diferente de sus 500 millones de neuronas. Solo el 40% se encuentra en el cerebro central, mientras que el 30% se ubica en los lóbulos ópticos, que procesan la información visual, y el 30% restante se reparte entre los ocho brazos del animal. Esto significa que cada brazo tiene su propia red neuronal y puede actuar de manera independiente del cerebro central. Los pulpos no tienen un esqueleto rígido, lo que les da una gran flexibilidad para moverse y adaptarse a su entorno. Sin embargo, esto también implica que no tienen un mapa del cuerpo en el cerebro, como lo tienen los vertebrados.
La biblioteca de comportamiento de los pulpos
Para compensar la falta de un mapa del cuerpo, los pulpos tienen lo que se llama una biblioteca de comportamiento, que consiste en una serie de patrones motores predefinidos que activan respuestas conductuales específicas. Por ejemplo, si el pulpo detecta una presa con sus ventosas, puede activar el patrón “agarrar”, que hace que el brazo se enrolle alrededor del alimento y lo lleve a la boca. El proceso de señal y respuesta se realiza a través de la red neuronal del brazo, sin necesidad de pasar por el cerebro central. Esto le permite al pulpo reaccionar rápidamente ante estímulos externos. Sin embargo, esto no significa que el pulpo sea un autómata. Cada brazo tiene la capacidad de pensar y actuar de manera autónoma, e incluso puede ignorar las órdenes del cerebro central si considera que hay una mejor opción.
La versatilidad y creatividad de los pulpos
Gracias a su pensamiento autónomo, los pulpos son capaces de mostrar habilidades sorprendentes que demuestran su inteligencia y su creatividad. Algunos ejemplos son: abrir botellas para obtener comida, escapar de laberintos o acuarios usando su fuerza o su astucia, camuflarse y mimetizarse con el entorno cambiando el color y la textura de su piel, y usar técnicas de intimidación como expulsar tinta o inflar su cuerpo para ahuyentar a sus depredadores o competidores. Estas habilidades muestran la flexibilidad y la adaptabilidad de los pulpos para enfrentar nuevos desafíos y resolver problemas.
Los pulpos como inspiración científica
Los pulpos son animales extraordinarios que nos inspiran a conocer más sobre ellos y sobre nosotros mismos. Su biología única nos plantea preguntas sobre la evolución y la diversidad de la vida, y sobre la naturaleza y el origen de la inteligencia. Su versatilidad y creatividad nos motivan a explorar nuevas formas de pensar y de actuar, y a buscar soluciones innovadoras a los problemas que enfrentamos. Los pulpos son, sin duda, una fuente de asombro y de aprendizaje para la ciencia y para la humanidad.