¿Te gustaría viajar con tu gato pero no sabes cómo hacerlo de manera segura y cómoda? Viajar con tu gato puede ser una experiencia muy enriquecedora para ambos, siempre y cuando se tomen las medidas adecuadas para garantizar su bienestar. En este artículo te daremos 10 consejos prácticos para que puedas viajar con tu gato sin problemas. Estos consejos se dividen en tres partes: la preparación antes del viaje, el viaje en sí y la llegada al destino.
Preparación antes del viaje
Antes de emprender el viaje con tu gato, es importante que lo lleves al veterinario para que le haga una revisión general y le ponga al día las vacunas y el microchip. El veterinario también te podrá dar consejos sobre cómo manejar el estrés o el mareo de tu gato durante el viaje, y si es necesario recetarle algún medicamento o suplemento.
Otro aspecto fundamental es elegir el transportín adecuado para tu gato. El transportín debe ser lo suficientemente amplio como para que tu gato pueda estar de pie, darse la vuelta y acostarse cómodamente. También debe tener buena ventilación y un cierre seguro. Puedes elegir entre transportines rígidos o blandos, según tus preferencias y las de tu gato.
Para que tu gato se sienta más tranquilo durante el viaje, es conveniente que lo acostumbres al transportín antes del viaje. Puedes dejar el transportín abierto en casa con una manta o una prenda tuya dentro, para que tu gato lo asocie con un lugar seguro y familiar. También puedes premiarlo con golosinas o juguetes cuando entre o salga del transportín.
Durante el viaje
Una vez que tengas todo listo para el viaje, es hora de colocar el transportín en un lugar seguro en el vehículo. Lo ideal es que lo pongas en el asiento trasero sujeto con el cinturón de seguridad o en el maletero separado por una rejilla. Evita ponerlo en los asientos delanteros o en lugares donde pueda recibir golpes o caídas.
Durante el viaje, no dejes a tu gato solo en el vehículo bajo ninguna circunstancia. Las temperaturas dentro del coche pueden variar mucho según la época del año y la exposición al sol, lo que puede provocar deshidratación o golpe de calor a tu gato. Si necesitas hacer una parada, llévate a tu gato contigo o deja a alguien responsable a cargo.
También es importante evitar darle de comer o beber demasiado a tu gato antes y durante el viaje. Esto puede causarle náuseas, vómitos o diarrea, lo que hará más incómodo e higiénico el viaje tanto para él como para ti. Lo mejor es darle una comida ligera unas horas antes del viaje y ofrecerle agua fresca cada cierto tiempo.
Llegada al destino
Cuando llegues al lugar donde te vas a hospedar con tu gato, asegúrate de que sea un lugar seguro y adecuado para él. Revisa que no haya ventanas abiertas ni huecos por donde pueda escaparse o perderse. También comprueba que no haya objetos peligrosos o tóxicos para él como plantas venenosas, cables eléctricos o productos de limpieza.
Proporciona a tu gato un lugar seguro y cómodo donde pueda descansar después del viaje. Puedes usar su propio transportín u otra cama o cueva donde se sienta protegido. Coloca cerca su comida, su agua y su arenero limpio. También puedes poner algún objeto familiar como su manta favorita o su juguete preferido.
Por último, intenta mantener la rutina de tu gato durante el viaje lo más posible. Respeta sus horarios de comida, sueño y juego tanto como puedas. Dale atención y cariño pero sin agobiarlo ni forzarlo si está nervioso o asustado por los cambios de ambiente. Déjalo explorar a su ritmo e ir adaptándose poco a poco al nuevo lugar.