El consumo de alcohol, algunas veces es mezclado con otras sustancias. De acuerdo con Casquero y Guardia (2016, p. 80) “Las sobredosis de alcohol atendidas en los servicios de urgencias han sufrido un progresivo aumento. Elevadas concentraciones de alcohol o de medicamentos depresores del sistema nervioso central, (como pastillas tranquilizantes, para dormir o analgésicos opiáceos, metadona o heroína), que no serían mortales por separado, pueden llegar a serlo cuando se ingieren varias al mismo tiempo (White y Hingson, 2013), debido a un grave enlentecimiento de las funciones del cerebro que puede conducir a una grave insuficiencia o incluso parada respiratoria”.
De igual forma, de acuerdo con Casquero y Guardia (2016, p. 81) “Atreverse a consumir o incluso a pincharse otras drogas, cuyo efecto de intoxicación, asociado al de la intoxicación alcohólica, aumentan la gravedad de sus consecuencias negativas inmediatas. Por ejemplo, una persona intoxicada por el alcohol que consume, además: psicoestimulantes (cocaína o anfetaminas) puede tener un comportamiento mucho más violento que la persona que solo está intoxicada por el alcohol.
Si toma opiáceos o tranquilizantes, tiene un mayor riesgo de sobredosis que la que solo ha tomado alcohol, tranquilizantes u opiáceos, de manera aislada (Guardia Serecigni, 2012)”. Por otra parte: “Entre las diversas drogas, el alcohol es la que los menores consideran como menos peligrosa, la que les resulta más fácilmente asequible y su disponibilidad se ha mantenido elevada desde 1994 hasta la actualidad” (Guardia y Armenteros Del Olmo, 2016, p. 97). Otros riesgos latentes y fulminantes derivados de la mezcla y otras drogas, pueden llevar a la muerte a quien las consume.
De acuerdo con Guardia y Armenteros Del Olmo (2016, p. 98) “Cuando además la persona está tomando medicamentos o drogas que también enlentecen el funcionamiento del cerebro, como son los tranquilizantes, pastillas para dormir, analgésicos opiáceos, heroína o metadona, el riesgo de sobredosis mortal es mucho mayor. Estas sobredosis se pueden producir de manera intencionada (intento de autolisis), pero también pueden ser involuntarias, en personas que abusan de diversas sustancias al mismo tiempo”.
También, de acuerdo con Guardia y Armenteros Del Olmo (2016, p. 100) “La intoxicación aguda grave por alcohol puede producir la pérdida de conciencia (coma etílico) y una parada cardio-respiratoria que puede llevar a la muerte. Las sobredosis de alcohol atendidas en los servicios de urgencias, que pueden producir un coma etílico, han sufrido un progresivo aumento. Concentraciones de alcohol en la sangre, que no serían mortales pueden llegar a serlo cuando van asociadas a la toma de pastillas tranquilizantes, para dormir o analgésicos opiáceos (White y Hingson, 2013).
Las llamadas “sobredosis de drogas” suelen estar asociadas a pastillas tranquilizantes o hipnóticas y también al alcohol, pueden conducir a la muerte y se suelen producir de manera involuntaria. Es decir, sin que la persona intoxicada tuviera la intención de quitarse la vida”. Por otro lado, de acuerdo con Guardia y Armenteros Del Olmo (2016, p. 105) “La prevalencia del alcoholismo equivale al doble de la del abuso de todas las otras drogas juntas, y además, la mayoría de personas que abusan de drogas ilegales presentan también un trastorno por consumo de alcohol”. Existen mezclas de sustancias que, al combinarse con alcohol, pueden provocar conductas violentas.
De acuerdo con Guardia y Armenteros Del Olmo (2016, p. 107) “El consumo de cocaína aumenta significativamente las probabilidades de que un consumidor de alcohol se convierta en dependiente del alcohol. El abuso simultáneo de alcohol y cocaína genera un incremento de las probabilidades de agresión, tanto hacia otras personas como hacia uno mismo.
Por tanto, el tratamiento especializado, tanto del alcohol como de la cocaína, podría reducir las tasas de violencia, malos tratos, homicidios y suicidios”.