Nuestras palabras y acciones son el espejo de nuestros pensamientos, a diario podemos leer y escuchar frases como “piensa que todo te va a salir bien, pon pensamiento positivo y veras que todo te saldrá como desees.” hay una gran disposición a precisar que solo con pensar o suponer positivamente, la situación va a ocurrir favorablemente y ciertamente en muchas ocasiones son nuestros pensamientos los nos llevan al éxito o al fracaso.
Toda la combinación está en la mente , la cual podemos aprender a dominar para que no sea ella la que nos someta a nosotros a través de pensamientos negativos, por lo que este articulo nos dejará ver, que tener pensamientos positivos nos enseña a visualizar las cosas que nos ocurren desde una perspectiva más alegre y enriquecedora.
Pensar positivo muchos lo consideran simplemente como una perspectiva optimista ante las situaciones a las que nos enfrentamos en la vida; otros logran afirmar que es solamente una representación generosa que no se corresponde con la realidad cotidiana, incluso existen personas que alegan que este tipo de pensamientos únicamente actúan por predominio equitativo entre personas. Para lograr explicar lo anterior debemos de entender que el ser humano es un ser biopsicosocial, por lo que la parte biológica es lo material, es decir el cuerpo, la biología con la que nacemos y tenemos hoy en dia; lo social son todos los recursos o circunstancias sociales comenzando por la familia, y lo psicológico comprende todos los procesos cognitivos tanto volitivo como afectivos.
En la unificación de los tres es que se encuentra la capacidad de transformarse apropiadamente ante una realidad, teniendo en cuenta que no solamente con pensar sucederán las cosas, depende obviamente del contexto, momento y condiciones generales que nos envuelven.
No basta solamente con pensar, se debe de tener un estilo positivo hacia todo lo deseado, además de que lo anhelado sea colindante a nuestra realidad y posibilidades, teniendo en cuenta que nada tiene que ver con los proyectos, sueños o planes que podamos tener , estos evidentemente son precisos para la vida y si producen placer a la persona para obtenerlos mucho mejor. Es la actitud que se tenga hacia lo que desea lo que marca la diferencia.
Los que logran tener una actitud positiva no se sienten mal por sentirse mal, sencillamente aceptan que es un período temporal de incomodidad, y desde ese punto admiten tener un problema o imprevisto y hacen todo lo posible para remediar la cuestión, enfocándose más en la solución que en el problema.
Todo esto implica que observemos los problemas desde un ángulo beneficioso y provechoso con optimismo, tratando de no arrimarnos a lo peor.
Una actitud positiva nos traerá muchos beneficios ya que nos hacen personas más felices, comprobando que nuestra salud física y mental mejora considerablemente, elevando nuestra autoestima, nuestro autocontrol y nuestra autoeficacia; pensar en positivo reduce el estrés del día a día y la ansiedad, repercutiendo positivamente en todos los ámbitos de nuestras vidas.
No podemos renunciar a pensar, pero sí podemos controlar el contenido, por eso aprendamos a suplantar las ideologías negativas con otras positivas. Aceptemos que los problemas existen y que lo que más apoya es hallarle solución, no derrocarse ni apropiarse de conductas fatalistas. Si no logramos enfrentar de una manera positiva los problemas, éstos pueden agravarse y dominar nuestra vida; mantener pensamientos positivos no es escaparse de los problemas o no tomar en cuenta lo que pasa en la realidad, sencillamente es enfrentarlos de una mejor manera, por eso recordemos siempre lo que nos legó Stephen Crane cuando expresó que “El que puede cambiar su pensamiento, puede cambiar su destino.”