El café es una de las bebidas más populares y consumidas en el mundo. Sin embargo, existen muchos mitos y verdades sobre sus efectos en el cuerpo humano. En este artículo, vamos a analizar algunos de los mitos más comunes sobre el café y a contrastarlos con la evidencia científica disponible. También vamos a explorar algunos de los beneficios del café para la salud y las precauciones que se deben tener en cuenta al tomarlo.
Mito 1: El café causa insomnio.
Este mito se basa en el hecho de que el café contiene cafeína, una sustancia estimulante que actúa sobre el sistema nervioso central y bloquea los receptores de adenosina, una molécula que induce el sueño. Sin embargo, la cafeína tiene una vida media de unas 4 a 6 horas en el organismo, lo que significa que su efecto disminuye con el tiempo. Por lo tanto, si se consume café con moderación y no se toma cerca de la hora de dormir, es poco probable que cause insomnio.
De hecho, algunas personas pueden beneficiarse del consumo de café para mejorar su calidad del sueño. Un estudio realizado en Japón encontró que las personas que tomaban al menos una taza de café al día tenían un menor riesgo de desarrollar apnea del sueño, un trastorno respiratorio que interrumpe el sueño y puede causar somnolencia diurna.
Mito 2: El café aumenta la ansiedad.
Este mito también se relaciona con la cafeína, ya que esta sustancia puede aumentar la frecuencia cardiaca, la presión arterial y la liberación de hormonas del estrés como el cortisol y la adrenalina. Estos efectos pueden provocar nerviosismo, inquietud e irritabilidad en algunas personas sensibles o susceptibles a la ansiedad. Sin embargo, esto no significa que el café sea el causante directo de la ansiedad ni que todas las personas reaccionen igual ante él.
De hecho, algunos estudios han sugerido que el consumo moderado de café puede tener efectos positivos sobre el estado de ánimo y la depresión. Por ejemplo, una investigación realizada en Estados Unidos halló que las mujeres que tomaban entre dos y cuatro tazas de café al día tenían un 20% menos de riesgo de sufrir depresión que las que no tomaban nada o tomaban menos. Otro estudio realizado en Finlandia encontró que los hombres que consumían entre dos y tres tazas diarias tenían un menor riesgo de suicidio.
Mito 3: El café es adictivo.
Este mito se basa en la idea de que el consumo habitual de café genera dependencia física y psicológica por sus efectos estimulantes. Sin embargo, esto no es del todo cierto ni aplicable a todos los casos. La cafeína puede producir tolerancia y síndrome de abstinencia si se deja de consumir abruptamente después de un uso prolongado y elevado. Los síntomas más comunes son dolor de cabeza, fatiga e irritabilidad. Sin embargo, estos síntomas son leves y transitorios y no implican una pérdida del control ni una interferencia significativa con la vida cotidiana.
Además, el consumo moderado de café no genera adicción en el sentido estricto del término, ya que no cumple con los criterios diagnósticos establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para definir una sustancia adictiva.
Estos criterios incluyen: la presencia de un deseo intenso o compulsivo por consumir la sustancia, la dificultad para reducir o controlar su uso, el aumento progresivo de las dosis necesarias para obtener los mismos efectos, la aparición de síntomas físicos o psicológicos graves al dejarla, y la priorización del consumo sobre otras actividades o responsabilidades importantes.
Mito 4: El café es malo para el corazón.
Este mito se basa en la idea de que la cafeína, el principal componente activo del café, tiene un efecto negativo sobre el sistema cardiovascular. Se cree que la cafeína aumenta la presión arterial, el ritmo cardíaco y el riesgo de arritmias, infartos o accidentes cerebrovasculares.
Este mito es falso o al menos exagerado. La mayoría de los estudios científicos no han encontrado una relación causal entre el consumo moderado de café y un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Al contrario, algunos estudios sugieren que el café puede tener un efecto protector contra la insuficiencia cardíaca a largo plazo . Esto se debe a que el café contiene otros compuestos antioxidantes y antiinflamatorios que pueden beneficiar al corazón.
Sin embargo, esto no significa que el café sea inocuo para todas las personas. La cafeína puede tener un efecto temporal sobre la presión arterial y el ritmo cardíaco, especialmente en personas sensibles o no habituadas. Por eso, se recomienda moderar su consumo en personas con hipertensión arterial, angina de pecho o arritmias. También se debe evitar tomar café antes o después de hacer ejercicio físico intenso.
Datos o estudios científicos que respaldan esta explicación:
- Un informe publicado en 2021 por la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA) evaluó tres estudios sobre el consumo de café y concluyó que no solo el café y la cafeína no son malos para el aparato cardiovascular, sino que el consumo de esta sustancia se traduce en un menor riesgo de insuficiencia cardíaca a largo plazo.
- Un estudio mundial realizado desde la Universidad de Australia del Sur encontró evidencia genética causal de que las personas con presión arterial alta, angina de pecho y arritmia eran propensas a beber menos café, lo que sugiere una regulación natural del organismo.