Personalidad en la canción cubana
Matanzas, es una ciudad de mil encantos. Edificada entre los ríos San Juan y Yumurí desafía al tiempo y se yergue pausada ante una bahía que le da su nombre.
Su magistral elegancia ha sido testigo y cuna de poetas, pintores, músicos, deportistas y sede de importantes manifestaciones folklóricas. Por la relevante vida cultural en el siglo XIX fue bautizada como La Atenas de Cuba.
La elegancia de sus puentes, transparencia de su atmósfera, el empaque arquitectónico de sus edificaciones y el privilegio de que todo se refleje de manera especial en las aguas que le rodean, ha servido de fuente de inspiración a numerosas obras de arte y artistas destacados como es el caso de: Frank Domínguez, Personalidad en la canción cubana.
El Comienzo
A finales de la década de los años veinte del pasado siglo, una pareja de jóvenes deciden unir sus vidas.
El, Nicolás Domínguez Isla, natural de Matanzas, con estudios en farmacia, y ella, Francisca Padrón Sanz, profesora de alta costura, natural de Güines. De esa feliz unión nace el nueve de octubre de 1927, Francisco Manuel Ramón Dionisio.
Su niñez transcurre amena y feliz. Cursó la primera enseñanza en la Escuela Anexa Rogelio López Centellas.
Pasión por la Música
Es por esta época que surge su vocación por la música y en especial por el piano. Estando de visita con sus padres en la casa de uno de sus amigos, el niño sorprendido al ver un piano, y en un descuido de la conversación, se sienta en la banqueta y comienza a tocar. Esa tarde se convirtió para él en algo inolvidable.
Inmediatamente cuando regresa a la casa, le confesó a sus padres que quería estudiar piano, recibiendo un rotundo no por parte de sus padres. La tristeza le venía al cuerpo como arroyo a la fuente. Persistió mil veces hasta que logra convencer a sus padres, manipulando la conversación de que sólo estudiaría piano, otra especialidad no le interesaba.
Sueño Cumplido
Con tan solo once años logra cumplir su sueño, comienza a estudiar piano con las profesoras Nery Ortega y Graciela Santiago.
Poco a poco iba cautivando a sus profesores, captaba con extrema velocidad la técnica precisa para convertirse en un excelente pianista. Frank no quiso realizar estudios superiores, no le interesaba ser concertista, sólo quería conocer los secretos del inmaculado piano.
Primeros éxitos
En 1945 comienza su carrera como compositor. Muy joven aún inicia al piano Gilberto Aldanas, reconocido cantante de aquellos tiempos. Logra terminar el instituto, y a petición familiar decide ingresar en el Doctorado en Farmacia en la Universidad de la Habana, y al despedirse temporalmente de su Matanzas inspirado por la inmensa luna escribe » Luna sobre Matanzas», milenaria y coqueta, que bañas con tu plata San Juan y Yumurí, sobre el cielo cubano brillarán muchas lunas, pero nunca ninguna como tú».
Ya en la Universidad en un descanso entre clases, asiste al llamado «Bar de Física» y comienza a tocar; se relaciona y conoce al compositor Angel Díaz, que le invita a reuniones de filing. Posteriormente se presenta al programa radial» Buscando estrellas» de la CMQ, y logra grabar su primer bolero. La canción se hace noticia y surge para el arte nacional Frank Domínguez.
Frank Domínguez
Comenzaban las andadas nocturnas. Los contratos, la radio y la televisión, y Frank decide hacer una pausa en sus estudios y volcarse completamente en la música que había llegado a su vida.
Es conversador, sencillo, ameno, mordaz, y con un sentido del humor excelente.
No le gustaba que lo encasillaran como un compositor netamente romántico, pues ha incursionado en todos los géneros de la música ligera.
Más detalles
Frank Domínguez es nacido bajo el signo de Libra, tiene compuesta innumerables obras teniendo en cuenta que posee el código 320 de la Asociación de Autores Musicales. Consta con 224 obras registradas de su autoría. Es socio de la Asociación de Autores y Compositores de Francia y de la Agencia Cubana de Autores Musicales.
Frank Domínguez es el pianista favorito de todos. Su voz y sus canciones invaden el ámbito de presentación. Un compositor que pone a sus creaciones ese ingrediente emotivo capaz de convertir la melodía en un mensaje actual y necesario.