El comportamiento del ser humano no sólo está condicionado en la manera en que es capaz de satisfacer sus necesidades de adaptabilidad y supervivencia. Sino que en muchas ocasiones, suele encontrar en oráculos, pronósticos mágico religiosos, horóscopos, la vía casi «perfecta» para encauzar sus dudas, problemáticas y hasta sueños a conquistar.
La letra del año: es más que un recurso adivinatorio, es una costumbre que se ha arraigado en aquellos creyentes que desean conocer cómo se moverá su destino en este año que recién comienza.
Historias de Antaño
La letra del Año es un recurso adivinatorio muy peculiar y de gran popularidad no sólo en el Caribe, sino otras regiones religiosas del mundo la asumen como un bastón de apoyo para adivinar que les traerá el destino cada año.
Según revisión de documentos y escuchas de anécdotas de religiosos yorubas de la región cuentan la historia, que la interpretación y adivinación de la letra del año proviene del siglo XIX.
Tras el proceso de conquista y colonización muchos esclavos africanos se asentaron en esta región cálida y deslumbrante por su riqueza cultural, y trajeron consigo rituales, santos, creencias mágico religiosas que posteriormente se convirtieron en una arraigada costumbre popular.
Cómo lo definiera el poeta cubano Nicolás Guillén, «el que no tiene de Congo, tiene de carabalí»
El Precursor
Como resultado, datos históricos revelan con veracidad que el precursor de esta práctica tan reconocida en Cuba, fue el babalawo nigeriano Adeshina Obara Meyi.
Según cuentan, este babalawo era un fiel practicante de la religión yoruba en Nigeria, pero como muchos africanos lo esclavizaron para trasladarlo a tierras americanas. Su poder de adivinación era innato, manejaba el oráculo de Ifá con una veracidad jamás imaginada.
Sin embargo, cuando él supo que se lo llevarían a otras tierras lejanas, tomó la decisión de tragarse el fundamento representativo del orisha Orula u Orunmila. De este modo, Adeshina pudo llevarlo junto a él, para así poder seguir con sus prácticas religiosas aún cuando estuviese lejos de casa.
Su conocimiento fue creciendo cada año, sus ahijados fueron adentrándose en este maravilloso mundo de la adivinación y así, la fe fue creciendo hasta colarse en toda la región.
La Primera letra del Año
Se asume que la primera lectura de la Letra del Año que se realizó en Cuba, la celebraron dos babalawos nigerianos: Ño Remigio Herrera y Ño Carlos Adé Bí.
Tras su llegada a La Habana, Adeshina conoció a otro reconocido africano liberto llamado Ño Carlos Adé Bí Ojuani Boká, quien era sacerdote del Ifá. Gracias a su astucia, había logrado iniciar prácticas propias de su religión, las cuales le permitieron negociar su libertad a cambio de sus acertadas predicciones.
A partir de ese glorioso momento Ño Carlos se convirtió en mentor absoluto de Ño Remigio en el Ifá; ayudándole a retomar sus prácticas religiosas yorubas. Como resultado, en una habitación de las bodegas donde trabajaba Herrera iniciaron varias prácticas que venían con la fuerza espiritual y santoral de la religiosidad africana; empezando por “lavar” el fundamento que Adeshina había tragado. Tras ese acontecimiento se iniciaba lo que hoy en día se conoce como La Letra del Año.
Unión de Fuerzas y Fe
Ambos sacerdotes comenzaron a fortalecer sus conocimientos en la práctica del culto yoruba y espiritual.
Paso a paso, en aquel cuarto lleno de misterios y velas encendidas, donde el hechizante poder del humo de tabaco levantaba el poder santoral de cualquier entidad desconocida.
Ambos empezaron a realizar variados rituales religiosos hasta que por fin leyeron la primera Letra del Año en Cuba.
Leyenda Vigente
La religiosidad africana arraigada en Cuba ha mantenido esencias y olores innatos en la actualidad. Sus constantes variaciones no transgreden a nuestros antepasados.
La letra del Año ha cobrado fuerza. Cada año esperamos las doce campanadas bajo la felicitación de nuestros familiares y amistades. Pero muchos se proclaman y esperan con fe la letra del año.
Cada año un grupo de prestigiosos sacerdotes de Ifa llevan a cabo la ceremonia de adivinación. Luego de ofrecer ofrendas, comidas típicas, aguardiente, miel, cascarilla, manteca de corojo y animales a las diferentes deidades yorubas, se selecciona el sacerdote más joven.
Convirtiéndose en el elegido en hacer tirada del caracol de Orula y se está manera se va describiendo la voluntad y contenido del signo que regirá la vida religiosa de toda una región.
Predicciones
La letra del Año no solo ofrece una lectura de cómo acontecerá el año que inicia, sino que combina recomendaciones, cuidados, alertas, limpiezas espirituales de suma urgencia a realizar, sino que muestra el camino bajo las sabias palabras del adivinador Orula, de cómo llevar un sendero de vida limpio y próspero.
Letra del Año 2024
La expectativa está en el corazón de cada creyente y seguidores de la cultura yoruba.
El suceso acontecerá el próximo 1 de enero en la casona, sede de la actual Asociación Yoruba de Cuba. Dónde los sacerdotes abrirán el tablero de Ifa y pondrán en conocimiento qué nos deparará este nuevo año.
Obatala y Ochanla, santos regentes en el casi finalizado 2023, entregarán la bandera a otra dupla de santos, que con sus sabidurías y fuerza santoral, estarán acompañando y bendiciendo la vida y la existencia de sus múltiples seguidores, que esperan este momento del año, para conocer la letra.