- A cuatro años de la mayor tragedia por robo de combustible en México, ‘huachicoleros’ han vuelto por sus fueros
México.- Pese al “viernes negro” del 18 de enero de 2019 que dejó una estela de 137 muertos y marcas físicas y sicológicas de por vida a los sobrevivientes, el robo de gasolina (huachicol) en el Estado de Hidalgo, como la Hidra de Lerna, ha regenerado sus cabezas, no obstante el esfuerzo de las autoridades por combatir el flagelo que atenta contra la vida humana y la economía nacional.
Alrededor de las 7 de la noche de aquel “viernes negro”, el tramo del kilómetro 226 del ducto Tuxpan – Tula, en la localidad de San Primitivo del municipio de Tlahuelilpan, Hidalgo, se convirtió en un gigantesco quemador de cuerpos humanos. Una gran explosión por acumulación de gases e hidrocarburo, dejó un saldo de 137 muertos, 69 de éstos quedaron esparcidos en el lugar de la tragedia y de los 81 heridos, hospitalizados por quemaduras de diversos grados, 68 fueron falleciendo posteriormente y sólo 13 lograron ser dados de alta con lesiones físicas y marcas permanentes en rostros y cuerpos.
De entre los centenares de lugareños y gente proveniente de comunidades vecinas que, antes de que sobreviniera la explosión, se arremolinaron jubilosamente junto al chorro de la toma clandestina que alcanzó unos 7 metros de altura, quedó una cifra indeterminada de desaparecidos (extraoficialmente, antes de concluir el barrido, búsqueda de indicios y peritajes en la zona siniestrada, se hablaba de 71) cuyos cuerpos, se cree, quedaron reducidos a cenizas.
Tanto el escenario como las imágenes que se presentaron del momento de la explosión y que dieron la vuelta al mundo, fueron dantescas y dramáticas: personas que se encontraban en plena rapiña de gasolina muy cerca de la boca toma o boquete perforado clandestina o ilegalmente por ladrones de combustible (en México, al que se dedica a esta actividad ilícita se le llama huachicolero), corrían prendidas en medio del infierno, cual teas o antorchas humanas, clamando auxilio.
Medios de comunicación y organismos oficiales no lograron ponerse de acuerdo sobre las cifras de civiles que participaron en la rapiña de gasolina, algunos manejaron más de un millar; según cálculos conservadores, entre 600 y 800 gentes. El caso es que, de acuerdo al reporte general del gobierno federal, superaron en números al destacamento militar que infructuosamente trató de persuadirlos para que se alejaran del peligro inminente.
De la investigación preliminar sobre la toma clandestina y el origen del incendio, el fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, señaló una hipótesis: muchas de las personas que se acercaron por gasolina utilizaban ropa sintética, que tiene la posibilidad de “generar reacciones eléctricas”; además de que el ducto afectado “estaba cargado con gasolina de muy alto octanaje”.
Que el movimiento de tantas personas en un área cargada de gases, además del combustible líquido brotando de la toma, “pudo haber generado esa explosión”.
En una conferencia de prensa el sábado siguiente a la tragedia, Gertz Manero declaró que “evidentemente” alguien hizo de manera intencional una perforación en el ducto, para obtener hidrocarburo de manera ilegal, aunque definir con precisión quién lo hizo tiene sus limitantes, pero eso no significa que no podamos llenar todo el espectro de investigación porque “las personas que estaban más cerca de la explosión fallecieron y eran los que estaban realmente pegados al área donde ocurrió esta desgracia”.
A cuatro años de distancia de la mayor tragedia por robo de combustible en México, como si los 137 muertos, heridos y desaparecidos del “viernes negro” en Tlahuelilpan fueran nada, los jefes “huachicoleros” han vuelto por sus fueros y como la Hidra de Lerna, han regenerado sus cabezas.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dio cuenta sobre lo que sería el “reinicio de las antiguas actividades de robo de gasolinas” o huachicoleo en el país, principalmente en el estado de Hidalgo, lo cual calificó de preocupante porque se vuelve a involucrar a la población en ello.
En dicho estado del centro del país, “está creciendo el número de estos actos vandálicos”, dijo el mandatario mexicano en una de sus más recientes conferencias de prensa matutinas e hizo un llamado a la gente “para que no se involucren, que no respalden estas actividades ilícitas de quienes cometen estos delitos y también que son delitos graves”.
“No hay necesidad, éste es un acto completamente delictivo, lucrativo, no hay la justificación de que por pobreza, porque hay mucha necesidad, porque están desatendidos, tienen que participar en actos ilícitos. No”.
Son “grupos de la delincuencia, los que mal encaminan a pobladores, entonces, que no ayuden en eso para que de esa forma no vuelva a pasar lo que sucedió en Tlahuelilpan, que fue muy doloroso, mucha gente inocente perdió la vida.
“Los jefes de los grupos que se dedican a ello dejan abiertas las tomas para que la población se lleve la gasolina, lo que ha ocasionado accidentes como la exposición de una toma clandestina en Tlahuelilpan en enero de 2019”.
Insistió López Obrador, luego de que, en los primeros días del 2023, habitantes de La Estación, comunidad del municipio de Cuautepec de Hinojosa, en Hidalgo, atacaron a personal de Petróleos Mexicanos, lesionando a 16 trabajadores que reparaban una fuga en un ducto de combustible. Además, 3 camionetas de la empresa productiva del estado fueron dañadas en el ataque.
Tras recordar que, al tratarse de delitos graves, quienes son detenidos tienen derecho a fianza, criticó que “se detienen a estas personas y se les libera con la excusa de siempre: está mal integrado el expediente”.
Al ponderar el respeto a la autonomía del Poder Judicial, Amlo denunció públicamente que, en Hidalgo, se están dando este tipo de casos “porque hubo detenciones de jefes, presuntos responsables del manejo de la venta ilícita de combustible”.
Dicho lo anterior, conminó al Consejo de la Judicatura Federal a que no haya liberaciones injustificadas por parte de jueces. Advirtió que no se quedará callado ante estos casos y que cada que haya un acto que se considere ilegal o de presunta corrupción, además de enviar por escrito el caso a la Judicatura, lo denunciará.
“Imagínense cuánto esfuerzo, sacrificio, arriesgan hasta la vida elementos de la policía, del Ejército, la Marina, Pemex, de todas las instituciones, para se detenga a delincuentes y se les deje en libertad porque tienen influencia, dinero o porque se trata de jueces corruptos, eso no lo vamos a permitir”, puntualizó el mandatario mexicano.