Schisandra es una planta trepadora que produce unas bayas de color rojo-púrpura con un sabor complejo y único que combina los cinco sabores básicos: dulce, salado, amargo, picante y ácido. Por eso se le conoce como la fruta de los cinco sabores o wu wei zi en chino.
Schisandra tiene un origen histórico muy antiguo y se ha utilizado durante siglos como una hierba medicinal en la medicina tradicional china (MTC), así como en Rusia y otros países asiáticos. En la MTC, se considera que Schisandra equilibra el qi, la energía vital que fluye por todos los seres vivos, y que tiene un efecto positivo sobre varios meridianos o canales energéticos del cuerpo, como el corazón, los pulmones y los riñones.
Importancia de Schisandra en la medicina tradicional china
En la medicina tradicional china, Schisandra se clasifica como una hierba adaptógena, es decir, una hierba capaz de ayudar al organismo a adaptarse a diferentes tipos de estrés físico o mental y a restaurar el equilibrio interno y la salud. Se cree que Schisandra armoniza las tres “joyas” del cuerpo según la MTC: jing, shen y chi. El jing es la esencia vital que determina nuestra constitución genética, nuestra longevidad y nuestra fertilidad. El shen es el espíritu o la mente que refleja nuestro estado emocional, mental y espiritual. El chi es la energía que circula por el cuerpo y sustenta todas las funciones vitales.
Schisandra se utiliza para tonificar el jing y el chi, especialmente el chi del hígado y los riñones, que son órganos clave para la desintoxicación, la regulación hormonal y el metabolismo. También se utiliza para calmar el shen y mejorar el estado de ánimo, la memoria y la concentración.
Usos de Schisandra
Schisandra tiene múltiples usos terapéuticos debido a su amplio espectro de acción sobre diversos sistemas orgánicos. Algunas de las condiciones para las que se ha utilizado Schisandra son:
- Enfermedades hepáticas como hepatitis o cirrosis
- Fatiga crónica o adrenal
- Estrés físico o mental
- Depresión o ansiedad
- Insomnio o trastornos del sueño
- Menopausia o síndromes premenstruales
- Disfunción sexual o infertilidad
- Envejecimiento prematuro o deterioro cognitivo
- Infecciones respiratorias o alergias
- Diabetes o resistencia a la insulina
- Inflamación crónica u oxidación celular
Las diferentes formas de consumir Schisandra
Schisandra se puede consumir de diferentes formas según las preferencias personales y las necesidades terapéuticas. Algunas de las formas más comunes son:
- Té: Se puede preparar una infusión con las bayas secas enteras o molidas de Schisandra. Se recomienda usar unos 3 gramos por taza de agua caliente e infusionar durante unos 10 minutos.
- Cápsulas: Se pueden tomar cápsulas con polvo seco de Schisandra siguiendo las indicaciones del fabricante o del profesional sanitario.
- Extracto: Se puede tomar extracto líquido o sólido (en forma de tintura) de Schisandra siguiendo las indicaciones del fabricante o del profesional sanitario.
- Jugo: Se puede exprimir el jugo fresco de las bayas de Schisandra o comprarlo ya preparado.
- Elixir: Se puede elaborar un elixir casero mezclando jugo fresco o extracto líquido de Schisandra con miel u otro endulzante natural.
Beneficios generales de Schisandra para la salud
Los beneficios generales de Schisandra para la salud se deben principalmente a sus componentes activos llamados lignanos. Estos son compuestos fenólicos que tienen propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, hepatoprotectoras, inmunomoduladoras, neuroprotectoras, antidiabéticas, anticancerígenas y afrodisíacas.
Los lignanos más estudiados son schizandrina A, schizandrina B y schizandrina C, que se encuentran principalmente en las semillas de las bayas. Otros componentes bioactivos son los flavonoides, los ácidos orgánicos y los aceites esenciales.
Los estudios realizados tanto en animales como en humanos han demostrado que Schisandra puede tener los siguientes beneficios generales para la salud:
- Proteger el hígado contra el daño causado por toxinas, virus o alcohol.
- Mejorar el metabolismo de las grasas y prevenir o tratar enfermedades hepáticas como la hepatitis o el hígado graso no alcohólico.
- Reducir el estrés oxidativo y la inflamación crónica que están asociados con el envejecimiento prematuro y diversas enfermedades degenerativas.